II. La casa
1- La casa Andalusí
LA VIVIENDA ANDALUSÍ se inserta en la tradición de la casa mediterránea con patio interior que cumple la función de graduar las diferencias térmicas tan extremas propias de este clima. Este concepto intimista de la vivienda se materializa en una serie de características comunes tanto a las casas humildes como a las residencias de familias acomodadas, incluso a los palacios.
2- Calle
Hay pocas ventanas y son de reducido tamaño. Suelen estar cubiertas de celosías para permitir ver sin ser vistos. Debían quedar por encima de los ojos de los transeúntes.
Exteriormente, las casas son muy sobrias y raramente expresan la categoría social de sus moradores.
Las estancias no tienen un uso totalmente definido pudiendo hacer las veces de sala de estar o dormitorio según las necesidades del momento.
Entrada en recodo con zaguán para que el patio no pueda ser visto desde la calle.
El patio era el núcleo de distribución de la casa y el centro de la vida familiar. En él estaba presente el agua en forma de estanque, fuente o pozo y, por pequeño que fuera, siempre había espacio para flores y plantas.
► La sociedad andalusí era eminentemente patriarcal, pero se sabe que la mujer en al-Andalus disfrutó de mayor libertad que en el resto del mundo islámico. El acceso a la educación permitió que algunas de ellas destacaran en la cultura como la poetisa Hafsa.
También hay ejemplos de mujeres que ejercieron una notable influencia política como Subh que contribuyó al ascenso de Almazor o Fátima, la madre de Boabdil.
► Vestido. En el reinado de Abd alRahman II la influencia oriental, que llega de la mano de Ziryab, hizo que la población andalusí adaptara su vestuario a los cambios de estación vistiendo los tres meses de verano con zaragüelles (calzones amplios) y camisas blancas de lino o algodón y el resto del año con ropas de color abrigándose con zamarras y chalecos de piel. La seda el brocado, el raso y el terciopelo se hicieron frecuentes en la corte y son solicitados por altos dignatarios de los reinos cristianos.
► Tocado. El tocado andalusí era para los hombres un casquete de fieltro o un gorro de lana y para las mujeres un pañuelo que les cubría todo el rostro excepto los ojos y sobre el que se colocaba la toca.
El influjo de Bagdad introduce el gorro alto y derecho y las mitras de terciopelo bordado con pedrería, así como el uso de las toquillas de brocado para las mujeres.
El turbante estuvo durante algún tiempo restringido a hombres de leyes pero se fue popularizando a partir del siglo XI. llegando a ser común en la Granada nazarí donde tras la entrega de la ciudad siguió siendo utilizado por los moriscos.
La tradición de la hospitalidad estuvo muy presente en la vida de los andalusíes siendo frecuentes las reuniones en torno a la mesa en muchos hogares. Cuando alguien era invitado por primera vez a una casa el anfitrión le ofrecía leche y dátiles como símbolo de amistad.
13- Representación vida casera
Esta podría ser una escena habitual en la vivienda de una familia acomodada. Fíjate en el mobiliario y los elementos decorativos que contribuyen a crear este ambiente.
14- Tapices
• El menaje y la ropa se guardan en baúles, arcones y en alacenas abiertas en el espesor de los muros.
• Las paredes se decoran con tapices de lana y seda.
• Cojines, almohadones y divanes sirven de asientos. El anfitrión se sitúa ligeramente más elevado que los comensales.
• Comen en mesas bajas. La vajilla se compone de platos y cuencos de loza vidriada. No se usan tenedores ni cuchillos, sí cucharas de madera para sopas y potajes. La sustitución del oro y la plata en la fabricación de copas y vasos por el vidrio se basa en la creencia de que los venenos quebraban este material.
• Alfombras o esteras cubren el suelo.
• Se iluminan con lámparas y candiles.
15- Candil de Piquera. Museo Sevilla
• Los braseros calientan las estancias.
• Los manteles son de cuero fino.
• La conversación era liviana e intrascendente para no entorpecer la digestión. El ambiente en el que se mezclaba el murmullo del agua con la música de cítara y laúdes y con los aromas de incienso y perfumes llegaba a un alto refinamiento.
► ZIRYAB. Músico procedente de Bagdad, se instaló en la corte de Abel al-Rahman II donde pronto consigue alta consideración convirtiéndose en el árbitro de la moda y el buen gusto de la época. Trajo a Córdoba no sólo hermosas melodías musicales y juegos como el ajedrez, sino que introdujo una serie de refinamientos desconocidos en la corte califal como el uso de las copas de cristal y el orden en que había que servir los platos en un banquete: primero sopas y entremeses seguidos de pescados y carnes para concluir con los postres.