8. Jándula se pone en marcha
Muy distinta suerte iba a correr el pantano del Jándula. Quince días después de promulgarse el decreto-ley del 29 de abril de 1925, comenzaron las adquisiciones de los terrenos que quedarían afectados por el embalse de Jándula. Esta presa junto con la del Encinarejo y la de Alcalá del Río, serían las tres únicas obras que llevaría a cabo Canalización y Fuerzas.
Casualmente el proceso de expropiaciones coincidió con una sorprendente circunstancia. Por aquellas fechas, el Conde de Romanones puso a la venta tres enormes dehesas en Sierra Morena, terrenos que en parte iban a quedar anegados por el agua.
Eran propiedades que habían sido dedicados a cotos de caza. Romanones se preciaba de estar bien informado de las decisiones oficiales. Casualmente el proceso de expropiaciones coincidió con una sorprendente circunstancia. Por aquellas fechas, el Conde de Romanones puso a la venta tres enormes dehesas en Sierra Morena, terrenos que en parte iban a quedar anegados por el agua. Eran propiedades que habían sido dedicados a cotos de caza. Romanones se preciaba de estar bien informado de las decisiones oficiales. Sin embargo aunque el decreto había sido ya publicado en la Gaceta, el Conde vendió las tierras, ignorando que debían de ser expropiadas. Cuando por fin advirtió el mal negocio que acababa de cerrar, intentó una nueva negociación. Canalización y Fuerzas sólo se avino a pagar 15.000 pesetas más sobre el precio ya estipulado como muestra de buena voluntad.
Con las tierras así adquiridas y que no iban a quedar inundadas, se procedió a permutar terrenos a otros propietarios afectados. La partida de expropiaciones fue la que registró un mayor ahorro sobre lo presupuestado, además de realizarse en un tiempo muy breve.