2. "La charca del Fraile"
En el Plan de Obras Hidráulicas de 25 de abril de 1902, figuraba ya un embalse, en la misma ubicación del actual. Debía tener una capacidad de 100 millones de m3. y estaba destinado fundamentalmente a regadíos.
En 1907, el Plan redactado por el Ingeniero de Caminos Enrique Martínez y Ruiz de Azúa, hace mención a un gran pantano ubicado en la cerrada de "La Charca del Fraile". Estaba englobado en un amplio plan de creación de regadíos. Este embalse atendería a los que se formasen en la parte media de la vera del Guadalquivir:
Pero no sería la agricultura la razón última por la que esta obra se llevaría a efecto. Un ambicioso proyecto de canalización del gran río de Andalucía, y el atractivo hidroeléctrico de casi 80 m. de salto, darían a luz la Presa de Jándula.
Carlos Mendoza Sáez de Argandoña, brillante Ingeniero Civil, maduraba desde hacía tiempo una arriesgada empresa: hacer navegable el Guadalquivir, desde Sevilla hasta Córdoba. Gran conocedor de las obras de canalización europeas, vio la posibilidad de englobar en un mismo reto, utilizaciones aparentemente incompatibles. Por un lado, abrir una vía de navegación interior, que conectase el puerto de Sevilla con el corazón de Andalucía. Aprovechar en este mismo tramo el desnivel del río, con fines energéticos. Y prestar los apoyos físicos para futuros puentes, que conectasen las dos orillas del río.
El embalse de Jándula era protagonista destacado de este proyecto. Por un lado debía garantizar la viabilidad financiera de la obra, a través de su explotación eléctrica. Por otra parte, sería la gran reserva acuífera que salvase los periodos de estiaje del río Guadalquivir.
La canalización del Guadalquivir ya había sido estudiada en profundidad por Carlos Lemaur en el siglo XVIII (ver bibliografía), aunque la solución que Lemaur proponía era un canal paralelo al cauce del río.