II. Música y poesía
Emirato independiente. A este sustrato se unieron las formas musicales y poéticas que llegan a al-Andalus desde Bagdad en el reinado de Abd al-Rahman II de la mano de Ziryab que funda en Córdoba una escuela de música en la que se enseñan los refinamientos del canto y el maneo de los instrumentos así como sus distintos usos según eventos. Ziryab fue un virtuoso del laúd al que le añadió la quinta cuerda enriqueciendo su sonido.
La poesía cortesana desarrolla el panegírico (para dar difusión a las hazañas y alabanzas de la clase dirigente) y la sátira además de la poesía amatoria. Música y poesía se convierten en elementos imprescindibles en cualquier reunión cortesana, siendo frecuentemente interpretadas por hermosas esclavas educadas para recitar y cantar como Mut’a o las famosas "Tres medinesas".
Durante el período califal, la corte de Abd al-Rahman III se llena de poetas. Fue la época dorada de los panegíricos y también de la poesía amorosa. Ibn Hazm, uno de los más célebres pensadores andalusíes, escribe entonces El Collar de la Paloma, tratado en prosa y verso sobre el amor y los amantes.
A la caída del Califato la música salió a las calles y plazas para convertirse en un espectáculo popular. Sevilla será en la época de los reinos de Taifas el centro literario de al-Andalus. El rey al-Mutamid, último monarca de la dinastía Abbadí, fue un gran protector de las artes, además de excelente poeta y virtuoso de la flauta.
Períodos almorávide y almohade. El siglo XII es el siglo de las antologías, las colecciones de poemas y del esplendor del zéjel gracias a Ibn Quzman (1086-1160).
En el Reino Nazarí de Granada, la música estaba presente en las calles, en las celebraciones familiares y en los festejos públicos usándose entre otros instrumentos flautas, chirimías, bándolas, panderetas, castañuelas, tambores y tamboriles.
En cuanto a la poesía, Ibn al-Yayyab, Ibn al-Jatib y, sobre todo, Ibn Zamrak nos dejaron sus composiciones grabadas sobre las paredes de los palacios nazaríes convertidos, a decir de Emilio García Gómez, en "la más lujosa edición de un libro de poemas".
Soy el jardín que la hermosura adorna:
Verla, sin más, te explicará mi rango.
Por Muhammad, mi imán, a par me pongo
De lo más noble que haya de ser o ha sido.
Sublime es la mansión, porque Fortuna
Le mandó superar a toda casa.
¡Qué delicias ofrece a nuestros ojos!
Siempre nuevo es aquí el afán del noble.
Ibn Zamrak
EL ZEJEL Y LA MOAXAJA son las dos mayores contribuciones de alAndalus a la poesía. Son formas líricas populares relacionadas con la música que suponen una ruptura con la rigidez de los poemas clásicos como la casida.
El zéjel está compuesto por un estribillo o jarcha que era recitado o cantado en coro, tres versos que riman entre sí y un verso que rimaba con el estribillo. Su estructura es semejante a la de los primitivos villancicos castellanos.
La moaxaja la componen un estribillo inicial o jarcha, tres versos que riman entre sí y dos más que riman con el estribillo. Las normas de esta composición fueron fijadas a fines del siglo IX por el poeta ibn Hammud al-Oabrí llamado "el ciego de Cabra"
Las lenguas mozárabe, hebrea y árabe popular se mezclan en las jarchas, que se convierten en uno de los primeros ejemplos de poesía en lengua romance. La influencia de estas composiciones traspasaría pronto las fronteras de al-Andalus y se expandiría hacia el Magreb y el Próximo Oriente y hacia el Norte alcanzando su influencia a los poetas castellanos, a los trovadores provenzales e italianos y a las cantigas galaico-portuguesas.
Diwan: cancionero o colección de los poemas de un autor ordenados de forma temática o cronológica
Las Cantigas de Alfonso X el Sabio contienen la representación de 51 músicos tocando cada uno un instrumento musical distinto
Los "Maylis" eran tertulias literarias donde se recitaba, se contaban historias y se cantaba. De estas tertulias o reuniones estaban excluidas las mujeres aunque algunas como a princesa y poetisa Wallada tuvo su propio salón literario. También fueron poetisas la famosa Rumaykiya, esposa de alMutamid, o la granadina Hafsa
"Muere un sabio en Sevilla y si su familia ha de vender sus libros, tiene que llevarlos a Córdoba donde hallará venta segura; por el contrario, cuando muere un músico en Córdoba hay que ir a Sevilla a vender sus instrumentos".
Averroes
"Contemplé una palmera en al-Rusafa,
En el Occidente lejano, de su patria apartada. Le dije: ambos estamos en una tierra extraña. ¿Cuánto hace que vivo apartado de los míos! Creciste en un país donde eres extranjera
Y, como yo, en el más alejado rincón del mundo habitas.
Que las nubes del alba te concedan frescor en esta lejanía.
Y siempre te consuelen las abundantes lluvias."
Abd al_Rahman I
Desde un principio, viajando o conquistando desde Oriente a Occidente, los árabes fueron recogiendo cualquier manifestación de ciencia y cultura, haciéndola suya, además de ejercer la cátedra en sus asentamientos. Una de estas manifestaciones de ocio científico, adoptada en la India, fue el juego de ajedrez, hacia el 650, llegando a nuestro territorio con su avenida en el s. VIII. Como otras tantas veces, el rey cristiano Alfonso X El Sabio (12521284) recogió de ellos 103 "mansubas" o problemas de Ajedrez en el célebre manuscrito «Libro del axedrex dados ef tablas»