I. D) La artquitectura: IMPERIOS ALMORÁVIDE Y ALMOHADE
La llegada de los almorávides a la Península supone un cambio artístico respecto a la época taifa. Construyeron pocos edificios religiosos y prestaron especial atención a las fortificaciones (murallas en Niebla, Sevilla y Granada).
Con los almohades se acentúa la tendencia al enmascaramiento de lo construido mediante el uso de la decoración en la que además de los motivos tradicionales aparecen los paños de shabka*, los mocárabes* y, a partir del siglo VIII, la cerámica vidriada. Como soporte de la arquitectura se generaliza el uso del pilar, normalmente cuadrado. De los pocos restos de arquitectura de este período que se conservan en la Península cabe destacar los de la ciudad de Sevilla que fue la capital peninsular del imperio almohade.
• La Giralda de Sevilla. Si despojamos a esta torre de los añadidos posteriores e imaginamos sobre ella las cuatro bolas doradas que la coronaban (yamur) encontraremos el alminar de la antigua aljama de Sevilla que fue destruida para edificar la Catedral, conservándose el Patio de los Naranjos. Esta mezquita fue la construcción almohade más grandiosa de al-Andalus. Se puede apreciar la semejanza, tanto en estructura como en decoración, de este alminar y los de las mezquitas de la Kutubiyya en Marraquech y de Hassan en Rabat, los tres de la misma época. Este hecho, evidencia las intensas relaciones entre al-Andalus y el Magreb durante el período almohade en el que ambas orillas del Mediterráneo estuvieron unidas en un solo imperio.
• La Torre del Oro. Torre albarrana que sirve para proteger los alcázares y el puerto. Tiene estructura dodecagonal edificada a base de sillería y argamasa. Es uno de los primeros edificios andaluces decorados con cerámica vidriada.
• Los almohades restauran los antiguos alcázares de los reyes taifas convirtiéndolos en una ciudadela cortesana y militar cuya estructura básica ha perdurado hasta la actualidad. De los restos de esta época que podemos contemplar destaca el Patio de Yeso con fachada de arquerías cuya labor decorativa de rombos o shabka es similar a la de la Giralda.
• Hubo otras construcciones palaciegas de carácter residencial como la Buhayra posteriormente conocida como Huerta del Rey que contó con unos jardines que debieron ser parecidos a los de la Menara en Marraquech.
• Durante este período también se realizaron en Sevilla obras públicas como el acueducto de los Caños de Carmona, numerosos baños,, astilleros, la alcaicería y las atarazanas.